Brenna huye de Escocia cuando se da cuenta de que desea de
la vida algo más que una relación tóxica y escuchar las constantes quejas de su
numerosa familia. Sin experiencia en el mundo laboral, consigue un puesto como
limpiadora en Londres. Es un nuevo comienzo, que le permite pagar el alquiler
en un piso compartido y disfrutar de la compañía de su mejor amigo, Brodie. El
amor no entra en sus planes. Christopher es la definición de un tiburón
empresarial: apuesto, inteligente, millonario y, además, un reconocido
mujeriego. Cuando su empresa está en serios problemas, no duda en aceptar
formar parte de la campaña publicitaria para lanzar Matched, la aplicación de
citas que puede salvar su legado familiar. Lo que nunca imaginó es que el
algoritmo seleccionaría como el amor de su vida a una escocesa con carácter,
decidida a resistirse a todo su arsenal de encantos. Sí, a Brenna. Ella no
confía en Christopher, y menos aún en una aplicación que le dice que un inglés
estirado es su alma gemela. Pero firmó sin saber el contrato que la obliga a
participar en la campaña, y jura que el amor no es una cláusula negociable.