Reseña infantil: El dragón que no quería escupir fuego - Séverine de la Croix, Anthony Signol y Pauline Roland

 

Título: El dragón que no quería escupir fuego
Autores/Ilustradores: Séverine de la Croix, Anthony Signol y Pauline Roland
Editorial: Picarona
Páginas: 48
Precio: 14€

¿Cómo ser feliz cuando eres un dragón que no soporta el fuego? Sobre todo, si no paras de escupirlo sin querer. ¿Y si la solución fuera dejar de fabricar llamas? Es fácil de decir, pero no tan fácil de conseguir… Séverine de la Croix, Anthony Signol y Pauline Roland nos traen la divertida historia de cómo el agobiado y tenaz Dragoberto logró dejar de escupir fuego. ¡Los peques se partirán de la risa!

Hace poco os traje el libro de El gato que no quería tener pelo, una historia en la que veíamos a Eusebio luchando con su pelo. En esta ocasión, los mismos autores han decidido crear a Dragoberto, un dragón que sufre mil y un problemas por culpa del fuego.

Sí, el fuego puede ser algo muy útil, pero no es divertido cuando incendias tu pastel de cumpleaños o quemas a tus amigos solo con reírte

El fuego aparece en la vida de este dragón sin poder evitarlo, no puede comer tranquilo sin terminar envuelto en llamas por la cosa más insignificante (alergias, picante...)

Por esto, este entrañable dragón decide buscar una solución definitiva para dejar de escupir llamas de una vez y para siempre. Sin embargo, la solución no es algo tan fácil como parece y Dragoberto tendrá que probar más de una opción hasta encontrar algo que realmente pueda ser útil.

La historia es muy divertida y logrará sacar carcajadas a los más pequeños. Además, las ilustraciones son uno de los grandes puntos fuertes porque son muy atractivas y están muy bien cuidadas. De hecho, he podido comprobar como los niños que aún no saben leer disfrutan hojeando el libro y no paran de señalar lo que hace el dragón en cada momento.

Un aspecto peculiar del libro es que las ilustraciones interactúan con el texto. Es decir, para poder comprender la totalidad de la historia no solo hay que leerla sino también observar las imágenes. Por lo general las ilustraciones complementan o nos dan más detalles, pero en esta narración son necesarias. Por ejemplo, los sobrinos del dragón le ponen jabón en sus crepes y el texto no nos lo cuenta. Esto me ha parecido de lo más curioso. Es algo que solo me había ocurrido en historias más visuales en las que los textos son muy cortitos y son casi un apoyo, pero esta historia es bastante larga y tiene mucho texto en cada página.

La historia nos deparaba una sorpresa y es que Eusebio el gato también aparece en una de las escenas. Me gusta que los dos personajes estén juntos porque los dos tienen mucho en común y seguro que pueden ayudarse con sus problemas poco habituales.

Otro aspecto que me gustaría mencionar es la tipografía elegida para el texto. No es exactamente la que solemos utilizar en el cole, pero sí que es más legible para los niños que están empezando a leer que la habitual. Esto puede parecer una tontería, pero no lo es. Para los peques que están aprendiendo, ser capaces de leer fragmentos de sus historias favoritas es muy motivador y es genial ver sus caritas cuando pueden leer algunas frases.

En definitiva, Si estás buscando un libro divertido, de esos que tus peques quieren leer una y otra vez, no puedes dejar pasar a Dragoberto y sus dramas con el fuego.

Gracias a Picarona por el envío del ejemplar