Reseña: El cuento número trece - Diane Setterfield

Título: El cuento número trece
Autora: Diane Setterfield
Traductora: Matilde Fernández de Villacencio
Editorial: Planeta
Género: Novela contemporánea
Formato: Tapa dura con sobrecubiertas
Páginas: 480
Precio: 21.9

¿Dónde está la verdad?

La historia más importante de su vida era la que nunca había escrito.

Entre mentiras, recuerdos e imaginación se teje la vida de la señora Winter, una famosa novelista ya muy entrada en años que pide ayuda a Margaret, una mujer joven y amante de los libros, para contar por fin la historia de su misterioso pasado.

"Cuénteme la verdad", pide Margaret, pero la verdad duele, y solo el día en que Vida Winter muera sabremos qué secretos encerraba El cuento número trece, una historia que nadie se había atrevido a escribir.

Después de cinco años de intenso trabajo, Diane Setterfield ha logrado el aplauso de los lectores y el respeto de los críticos con una primera novela que pronto se convertirá en un clásico.

¿Alguna vez habéis sentido que tenéis que leer un libro/ver una serie... y que antes o después lo haríais? Esto es lo que me ha pasado siempre con este libro. Durante años lo he mirado en la biblioteca con la certeza de que lo leería en algún momento pero nunca acababa de decidirme por él. Sin embargo, este año he decidido cambiar mis hábitos de lectura. Desde que tengo el blog he visitado mucho menos la biblioteca y en mi última visita he encontrado un montón de libros nuevos que quiero leer y me llaman la atención así que iré leyéndolos poco a poco.

Os cuento un poco el argumento general de esta historia. Durante toda su vida una autora de éxito mundial ha creado diferentes historias sobre sus orígenes, inquietudes... En cada entrevista cuenta una historia diferente pero nadie conoce nada de su vida. ¿Quién es realmente Vida Winter? Eso es lo que Margaret, una joven amante de la lectura y especializada en escribir y seguir la vida de personas fallecidas, tendrá que averiguar. Escribir la historia de esta autora sería el sueño de cualquier biógrafo pero para Margaret supondrá todo un reto por dos motivos. En primer lugar, nunca ha leído ni una sola de sus historias y, en segundo lugar, jamás ha escrito nada de una persona que aún vive...

Así, a lo largo de la historia descubriremos como Vida le cuenta la historia a Margaret y las averiguaciones que está hace para saber si es cierta o ha vuelto a ser engañada como tantos otros a lo largo de su carrera.

Así, en El cuento número trece nos encontramos con una historia dentro de otra. Tenemos, por un lado a Vida Winter y a Margaret Lea y por otro con la historia propiamente dicha. Es una historia que nos atrapa por completo y nos lleva a un mundo completamente diferente. De hecho, no sientes que sea una historia que estén contando sino que realmente estás viviendo en esa casa con la familia Angelfield. Esta casa es un lugar en el que se viven grandes dramas: abandono familiar, relaciones incestuosas, dos gemelas medio salvajes que no se comunican con el mundo exterior, una casa que se cae a pedazos sin que a nadie parezca importarle... 

A lo largo de la narración vamos encontrando diferentes incógnitas que nos harán darle vueltas a cómo se solucionará y cómo esa joven chica pasó a ser quien es hoy en día. En cuanto a la incógnita del final, sí que es algo que me esperaba y no me sorprendió demasiado pero eso no le ha restado nada al libro. Ha sido una satisfacción ver cómo los acontecimientos giraban hacia donde yo esperaba y sorprenderme con las cosas que no había imaginado.

La pluma de la autora me ha gustado muchísimo. No se trata de una historia con un ritmo trepidante que no puedes soltar, al contrario, el ritmo es sosegado y transcurre de una forma muy natural. Sin embargo, en ningún momento me ha resultado aburrida pues, aunque quería saber el final, he ido disfrutando mientras descubría los pequeños detalles e imaginaba el porqué de todo lo que estaba ocurriendo.

El libro trata muchos temas diferentes: la narración de historias y la falta de importancia de la veracidad en ellas si estas son buenas, familias disfuncionales, crianza de niños... Uno de mis favoritos ha sido la relación entre las gemelas. En la historia vemos ese vínculo especial que une a los gemelos que que nadie más puede llegar a comprender. Me ha sorprendido mucho ver como las dos están tan unidas a pesar de todo (incluso aunque Adeline disfrute torturando a Emmeline)

Es una historia con un toque de oscuridad detrás que trata temas muy duros, el ambiente es muy lúgubre e incluso nos habla sobre presencia de fantasmas o cosas inexplicables. Me ha recordado un poco a la sensación que transmiten las historias de Zafón.

No me gustaría terminar la reseña sin hablar de la edición que he leído. Es una primera edición en tapa dura y me ha sorprendido que está muy cuidada: una portada realmente atractiva con los libros antiguos que nos recuerda a la tienda donde Margaret se ha criado y donde pasa todo su tiempo. Nada más abrir el libro nos encontramos con un estampado que nos recuerda el papel pintado de las casas antiguas y que va ambientando ya la historia. El libro se divide en partes cuyo título son las partes básicas de un libro: inicios, nudos, desenlaces e inicios. Lo que más me ha gustado y me ha parecido precioso es el una cinta que lleva unida el libro y que funciona como marcapáginas. Es una tontería pero nos enseña el mimo con el que se hizo el libro y esto me parece precioso.

Tras terminar la historia y conocer el final, me he quedado con ganas de releerla porque creo que ahora, con todos los datos, la experiencia de leerla tiene que ser muy diferente. Por ello es un libro que os recomiendo mucho y mi puntuación es: 

Mis frases favoritas del libro:

«Cuando el miedo y el frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansíes que la Verdad pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo de un relato. La protección balsámica, adormecedora, de una mentira».

«Los libros a mi cargo significan mucho para mí (...). Por muy banal que sea el contenido, siempre consigue conmoverme, pues alguien ya fallecido en su momento consideró esas palabras tan valiosas para merecer ser plasmadas por escrito».

«Hay demasiados libros en el mundo para poder leerlos todos en el transcurso de una vida, de manera que hay que trazar una línea en algún lugar».

«Las palabras tienen algo especial. En manos expertas, manipuladas con destreza, nos convierten en sus prisioneros. Se enredan en nuestros brazos como tela de araña y en cuanto estamos tan embelesados que no podemos movernos, nos perforan la piel, se infiltran en la sangre, adormecen el pensamiento. Y ya dentro de nosotros ejercen su magia».

«No conviene encariñarse con los personajes secundarios. No es su historia. Vienen, se van, y una vez que se han ido ya no vuelven. Eso es todo».