Supongamos que eres una mujer que siempre ha querido conocer el mundo y un día te rompen el corazón. ¿Qué harías? Tal vez largarte como hizo Sara que se marchó a Dublín a pasar las penas. Solo quería empezar de cero y olvidarse de todo disfrutando del verde de Irlanda, de la música celta y de sus famosos bares; sin embargo, su vida da un giro total cuando se encuentra viviendo bajo el mismo techo que Daniel, un atractivo y terco irlandés.
Tanto Daniel como Sara cuentan con razones de sobra para no enamorarse, pero el amor tiene otros planes.
Todo se complica aún más con la prohibición de tener líos amorosos entre los compañeros de casa; una regla inquebrantable que rige también para los otros residentes: un desenfadado donjuán, un despistado músico y una nueva amiga de lo más entrometida. ¡Un divertido hogar intercultural al que Sara debe adaptarse! Y por si eso fuera poco, también debe lidiar con acalorados malentendidos con Daniel, con un ex novio muy insistente y con comprometedoras situaciones con un sexy francés.
¡Una nueva vida en Dublín donde sin duda hay mucho que amar!
Lo que amo de Dublín es un libro que compré en 2018, pero se
había perdido en las profundidades de mi Kindle. Sin embargo, es uno de los
libros que formaba parte de la Colección Amor, de las que os he hablado en más
de una ocasión, y al llegar a él decidí que era momento de leerlo.
¿Sabéis esos libros que sin saber por qué te enganchan y
acabas haciendo locuras como levantarte una hora antes para poder leer un
ratito antes de ir al trabajo? Pues eso es justo lo que me ha pasado con esta
historia.
Sara acaba de llegar a Dublín desde Chile y necesita una
habitación. Armando, Fran, Colin y Daniel tienen sitio en su piso compartido, pero
no quieren chicas allí. Finalmente acceden, pero con una condición: las
relaciones amorosas entre compañeros de piso están completamente prohibidas. ¿Qué
podría salir mal?
Así, poco a poco nuestros personajes se van conociendo,
descubriendo su pasado, expectativas… También Sara y Daniel descubren que
tienen mucho en común. Los dos son unos culos inquietos y sueñan con conocer el
mundo.
Se trata de una historia de romance, pero sobre todo de
amistad. La relación entre los compañeros de piso me ha gustado mucho. Son muy
distintos, pero todo funciona y se complementan muy bien. Fran es la mente
alocada y optimista; Armando, un mujeriego que siempre está disponible para
todos; Colin es el tipo silencioso que escucha y dice lo correcto; y Daniel
solía ser el amable y atento, al menos hasta que conoció a Sara y se convirtió
en un ser huraño y malhumorado.
En cuanto al romance, al principio me gustó mucho porque los personajes tenían una relación muy sana y positiva. Sin embargo, a medida que el libro avanza empiezan a cambiar, especialmente Daniel. En más de una ocasión he querido darle una colleja por su actitud y por el modo en que trata a Sara en base a las ideas preconcebidas y los malentendidos que crea en su propia cabeza. Aun así, he disfrutado con el romance y con sus idas y venidas.
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