
Un duque solemne. Un libertino infame. Movilizado por la
pena, obliga a la hija de su enemigo a casarse por venganza. Y ahora está a
punto de perder el corazón.
Cegado por la venganza, Preston Seaton, el duque de
Grandhampton quiere destruir al hombre que asesinó a su hermano cueste lo que
cueste. Por eso, cuando lord Neville Beckett subasta la mano de su hija en
matrimonio para pagar sus deudas, Preston le hace una oferta que no puede
rechazar: la prueba de asesinato.
Penelope sueña con una carrera de artista y anhela el futuro
que le espera como solterona. Pero, cuando su padre acepta la propuesta de
matrimonio de un hombre que la detesta, desea escapar. Sin embargo, no puede
abandonar a su pobre padre a la suerte del duque. Tras mudarse a la mansión de
su marido, comienza a preguntarse si alguna vez logrará huir de esa prisión
fría y oscura.
Convencido de que Penelope engañó a su hermano y jugó un papel en su muerte, Preston no tiene ninguna intención de perder el corazón.
Pero la risueña artista pronto llena su hogar de luz y alegría. ¿Será que un
matrimonio por obligación sembrado por el odio acabará floreciendo en un futuro
lleno de felicidad? Y ¿podrá Preston perdonarse por desear a la única mujer a
la que su hermano amó?

Penelope tiene toda su vida organizada: Conocerá a la duquesa de Ashton, ella le abrirá las puertas el mundo del arte y así podrá hacer lo que siempre ha soñado (vivir junto a su padre con el dinero que conseguirá vendiendo sus cuadros).
Sin embargo, su padre tiene otros planes para ella. Sus numerosas deudas de juego le están ahogando y ha encontrado una solución perfecta: subastar la mano de su hija en matrimonio. El problema es que Preston, el duque de Grandhampton y su mayor enemigo puja en la subasta y consigue llevarse a su hija sin darle ni una sola libra...
Así Penelope y Preston acaban casados a pesar de detestarse profundamente el uno al otro. ¿Lograrán vencer sus diferencias? ¿Podrá el amor ser más fuerte que la venganza?
Soy una fan de las historias de este estilo y ambientadas en esta época y tenía curiosidad por ver cómo se desenvolvía esta autora en ella (ya leí
La cautiva del highlander, pero era un momento histórico muy diferente).
En el libro descubriremos más sobre los matrimonios de conveniencia, los entresijos de los clubs de caballeros y la parte más macabra de todas: la subasta de una mujer. Soy consciente de que, en aquella época, la vida de una hija no era importante y los padres, quizá no las subastaban públicamente, pero sí que las vendían al mejor postor. Sin embargo, leer la frialdad con la que actúa el padre con su hija, logró ponerme los pelos de punta. Especialmente, llama la atención lo mucho que ella se preocupa y quiere a su padre a pesar de que él nunca la trató bien, le mostró aprecio, ni le permitió hacer lo que más amaba: pintar.
Preston es el duque sustituto tras la muerte de su hermano Spencer por orden del padre de Penelope. De ahí su afán por vengarse y destruir su vida. Es un hombre frío y con un férreo control emocional, pero debajo de todo eso se esconde un gran corazón y podemos verlo en el modo en que se vuelca para que su mujer cumpla sus sueños.
Los dos protagonistas luchan fuertemente contra sus sentimientos, pues se consideran enemigos, pero es muy interesante leer como van cediendo poco a poco. Especialmente Preston, pues en muy poco tiempo podemos ver que está loco por ella a pesar de lo que se dice a sí mismo.
He disfrutado bastante con el romance y la trama. Mi mayor problema ha sido con la resolución de los conflictos y del drama final. Me ha parecido todo muy rápido y muy poco coherente con la actitud de los personajes durante el resto de la historia. Esa volatilidad me ha decepcionado bastante, pues no me encaja con dos personajes que me estaban encantando por su franqueza y reflexión antes de actuar.
En definitiva, he disfrutado con la historia y sus personajes, aunque me ha decepcionado el giro final y la resolución de los problemas.
Mi puntuación:
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